Llega un momento en la vida en que sientes la necesidad de remodelar tu casa, ya sea sólo un espacio, algunas habitaciones, la fachada o el edificio completo. Muchas veces es porque la familia ha crecido y sus necesidades han cambiado, porque has integrado nuevos hábitos en tu vida cotidiana, porque ya pasaron de moda los colores o el diseño ya no te enamora.
Las remodelaciones tienen muchos beneficios prácticos: además de actualizar tu residencia y revivir la emoción de vivir en una nueva
casa, los cambios pueden programarse en etapas y realizarse por habitación, por costo o por funcionalidad. Puedes comenzar cambiando la fachada, enfocándote sólo en la terraza, transformar toda el área social, ampliar algún espacio, reconstruir muros y tumbar estructuras o simplemente cambiar colores e integrar elementos decorativos.
En esta ocasión te damos algunas ideas para transformar tu hogar y darle un nuevo aire, desde la entrada hasta el último rincón, ¡no te los pierdas!
Si cuentas con una estancia espaciosa pero hay un caos de muebles, de tránsito y sin un estilo determinado, con poner orden y establecer una apariencia es suficiente. Recuerda que entre más desorden exista en un lugar, éste parece multiplicarse y crecer interminablemente. Para acabar con el problema es necesario arrancarlo de raíz.
La idea es aprovechar la iluminación natural, la claridad del sol, y hacer con ella un lugar luminoso y amplio. Si te fijas los elementos nuevos son pocos: se ordenó el espacio, se sacaron los electrodomésticos obsoletos y los muebles en desuso y se integró sólo un sofá y un organizador multimedia. La frescura del lugar la da la vegetación integrada, la diáfana blancura de las paredes y el cielo y los exquisitos elementos decorativos.
La entrada a casa debe causar una impresión asombrosa, debe enamorarnos desde que cruzamos el umbral. Si tu vestíbulo ha perdido color, si se siente oscuro y sofocante, si no hay ningún detalle que enamore, debes poner manos a la obra.
No importa que mantengas los mismos muebles y elementos decorativos, pero dales una manita de gato: pinta esa puerta, ponle nueva tinta o pule su lustrosa superficie; incluye algunos elementos de vegetación y, lo principal, integra algún color intenso, que jale la atención hacia es espacio, que lo convierta en el punto focal de la estancia. La idea es coronar el umbral y crear una entrada majestuosa.
Si la zona social ha caído en el aburrimiento, si no hay un estilo definido, si el piso luce feo y los muebles ya están rotos, descosidos y desgastados, es hora de invertir un poco de presupuesto… ¡todo sea por darle nueva vida a tu vivienda!
Muchas veces es preferible prescindir de algunos muebles en ciertas áreas de la casa en lugar de gastar nuestro dinero en mobiliario de baja calidad y de mal gusto. Vale la pena ahorrar un poco e invertir en muebles de materiales resistentes, de telas finas y gruesas, que cuenten con garantía, que estén certificados como productos de calidad, y que además luzcan hermosos. Esto garantizará su uso durante mucho tiempo sin perder su belleza ni su funcionalidad.
A veces vamos integrando elementos por etapas, y cuando podemos poner el piso de madera no pensamos que dentro de unos meses nos gustará una cocina de otro color, o el nuevo comedor no se parece en nada a las alacenas… Cuando pasa esto no se percibe un estilo definido, en cambio se siente una atmósfera caótica y desordenada.
Lo mejor es focalizar y definir un estilo: ¿qué material/color/formas/estilo prefieres de todos los que tienes en casa? Lo ideal es transformar los elementos que quedan fuera para hacerlos coincidir. Si resulta que prefieres el estilo rústico del comedor sobre el estilo moderno de la cocina o el piso de loseta cerámica, es momento de cambiar la cocina, repintarla, darle un acabado campirano o sustituirla por otra, revestir el piso con duela o incluir detalles decorativos como azulejos de corte colonial.
A veces no somos conscientes de todo lo que tenemos en casa, y no vemos que contamos con un espacio empolvado y vacío pero con mucho potencial para convertirse en la mejor terraza o un magnífico cuarto de televisión.
Un simple patio de servicio, una zotehuela o un patio de luz en desuso puede convertirse en una flamante terraza rodeada de vegetación, con un deck de madera clara, un comedor de jardín y una sombrilla. Sin mucho esfuerzo ni un gran presupuesto, la zona antes abandonada puede ser el nuevo punto de reunión de la familia.
Y para que tengas algunas ideas para estos espacios, visita Zotehuelas, ¡más que un patio de servicio!
Y no hablamos del amor sino de la sorpresa. Cuando nos habituamos tanto a nuestros espacios, solemos dejar de observarlos, de pronto ya podemos movernos hasta con los ojos cerrados porque ya no nos sorprende, ya no hay nada que llame nuestra atención, y le perdemos el gusto.
La solución es alejarte un poco del sitio y observar como si fueras una visita. ¿Qué te gusta, qué te disgusta, qué le cambiarías? Muchas veces descubrimos que no necesita cambiarse nada estructural, simplemente pintar, integrar un nuevo color, una cortina aquí, un cuadro de pared allá, y con eso surge de nuevo la vida, la chispa de la emoción y la sorpresa.
Aprovecha al máximo la inversión que tienes destinada para esta transformación y considera cualquier posible necesidad a futuro. Si los chicos crecerán, si no hay chicos pero tienes mascotas, si quieres compartir tu casa con amigos o si quieres trabajar desde la comodidad del hogar, este es el momento para proyectar y construir a largo plazo.
Es el momento indicado para ampliar de una vez la vivienda, ya sea hacia arriba o en el mismo nivel. El momento es ahora, antes de remodelar la fachada o los interiores. Si lo haces después el gasto habrá sido en vano pues todo se dañará y habrá que volver a comenzar. Así que acércate a un arquitecto profesional y cuéntale tus planes, él te dará la mejor opción que incluirá nuevos espacios y un nuevo rostro.