Una casa modernísima en el pueblo

Marisa Alcore Marisa Alcore
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Los edificios modernos no solo se construyen en las grandes urbes. Localidades más pequeñas y rurales también son escenarios de las construcciones más punteras en el campo de la arquitectura doméstica. Es este el caso de la vivienda que visitamos hoy a través de este libro de ideas. Situada en la localidad de Les Coves de Vinromà en la provincia de Castellón, esta vivienda unifamiliar no solo sorprende por sus exteriores depurados. Sus interiores están diseñados bajo el más puro estilo minimalista, asegurando el confort estético y funcional a sus propietarios. El blanco y el negro, representantes máximos de la elegancia, se elevan al máximo exponente dibujando las aristas y pintando suelos, paredes, techos y mobiliario. Un proyecto del estudio Cota-Zero, tècnica i construcció integrada

Desde detrás

Desde la fachada posterior, la vivienda toma forma a través de un plano perfectamente regular. Su diseño llama la atención: las casas vecinas presentan una cara totalmente diferente. Alejada de la tradición, la fachada cuenta con una composición de lo más moderna. Se remarcan las diferentes alturas a través de vigas de acero, de donde nacen y hasta donde llegan las diferentes ventanas. Estos huecos de gran altura se protegen mediante marquesinas de lamas, asegurando la intimidad de los interiores y su protección frente al sol. 

En el acceso

En la fachada principal se encuentra el acceso a la vivienda. La planta baja, revestida de un material diferente, actúa de zócalo y remarca la presencia de la puerta principal a través de un vacío en el volumen. El acceso se retranquea, creando un espacio cubierto y al exterior que actúa como de antesala a lo privado. Si en la fachada posterior destacaba la planeidad, en esta los retranqueos toman el protagonismo. El volumen superior se quiebra generando un espacio de terraza en planta primera. Este gesto permite dotar más privacidad a los planos de vidrio, protegidos también por lamas horizontales.  

En el interior

La planta baja acoge las partes del programa de carácter púbico. Encontramos aquí el salón, el comedor y la cocina. Una escalera permite el acceso al resto de niveles, donde se ubican las estancias de carácter más privado. El salón se encuentre en el extremo opuesto al acceso, disfrutando de mejores vistas y más privacidad. En el paisaje en blanco y negro del interior destaca el pavimento de madera oscura, encargado de dotar de calidez al ambiente. 

El resto de la planta baja

La organización de los interiores buscó la máxima calidad espacial. Encontramos dobles y triples alturas, permitiendo que la relación entre las diferentes plantas sea lo más fluida posible. A través de los huecos en los forjados las vistas interiores dejan de tener límites. La escalera es uno de los elementos que más destaca en el paisaje. De doble tramo y dibujada en el espacio como un plano que se pliega, parece descolgarse del techo. Las barandillas de vidrio aumentan su ligereza y permiten su transparencia, la zona de día se percibe como un único espacio diáfano. 

La cocina

La cocina se desarrolla también en planta baja, en un espacio cerrado que busca la privacidad. Destaca su amplitud y organización perimetral, liberando una gran superficie, que facilita su uso. El blanco contrasta aquí por el metalizado de los electrodomésticos y el color del pavimento de piedra. Su diseño es compacto e integrado, procurando la limpieza de líneas del paisaje. 

En los dormitorios

Es en los dormitorios donde el diseño se vuelve más acogedor y los colores más cálidos. La luz y el color miel de la madera crean un clima más íntimo para las estancias de carácter más privado. 

Hasta aquí el recorrido por esta vivienda moderna en el pueblo. Si quieres conocer más proyectos similares, te recomendamos: 

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