Hoy nos corremos un poco de la ciudad y viajamos hasta el campo. Ahí nos esperan esas casas rurales que son el sueño de muchos.
Sinónimo de una vida alejada de la ajetreada urbe y de una comunión perfecta con el entorno natural, las viviendas campestres nos abren sus puertas para que podamos ver su interior y conocer sus secretos de decoración y estilo.
Acompañanos en este recorrido preparado para inspirarte a dejar el frenesí de la capital y tentarte a zambullirte en este universo donde el canto de los pájaros y el aroma de las flores te cura del estrés cotidiano.
Hay que saber combinar el tradicional estilo arquitectónico de las casas de campo con esas notas más modernas que la acercan a la funcionalidad actual. Esta casa resume todo eso y más.
Nos espera después de un amplio camino para invitarnos a seguir disfrutando de esas estancias bien espaciosas y clásicas del espíritu rural
Ya dentro de la vivienda, vemos que se han aprovechado los altos techos para dejar vigas de madera a la vista y así resaltar las líneas tipicas del estilo campestre.
Para ponerle esa nota moderna, el diseño interior escoge ambientes sin divisiones, aunados para darle más espaciosidad a la composición.
Ahora en cambio, la arquitectura se pone al servicio de la funcionalidad para un diseño moderno de líneas más simples y puras.
La elección de una fachada de ladrillo a la vista, sin embargo, nos dice que la tradición no se pierde y está más viva que nunca.
Internamente esta casa está llena de amplios ventanales en su planta baja para aprovechar esa comunicación continua con el entorno campestre.
De esta manera, la luz natural se adueña de los ambientes y pone las cosas en su debido lugar.
A continuación, toda la tradición resumida en este casco de estancia del siglo pasado que supo mantener fiel su fisonomía y estilo colonial.
Los tres arcos del centro nos remiten a esa historia de los caserones de provincia llenos de anécdotas familiares y sabores bien argentinos.
Por dentro, los colores tierra tienen protagonismo dándole esa elegancia y austeridad características de las zonas rurales. Las texturas de manufactura artesanal ponen este tono telúrico y de tradición campera.
Casa de dos plantas sumamente funcional de acuerdo a las necesidades de una familia moderna de estos tiempos actuales.
Sin embargo, los colores de la fachada mantienen la clásica impronta de las casonas rurales al igual que los techos de tejas negras en contraste.
Su interior elige los tonos más sobrios para conservar una decoración bastante al unísono. Los muebles de madera en líneas clásicas permiten mantener un estilo elegante y fino.
Las casa prefabricadas también pueden estar presente en esta selección de casa de campo. Cuando la funcionalidad es la premisa principal, este tipo de construcción sabe dar lo mejor de si.
Mucha madera por fuera y una amplia entrada bajo un techo a dos aguas nos da la bienvenida.
Adentro sigue predominando la madera en revestimientos y aberturas otorgando esa calidez única que suelen inspirar estas casas rurales.
Nada de divisiones entre los ambientes, reina la fusión de los ambientes para lograr una mayor distribución del espacio y aprovechar la luz exterior.
La última, un encanto de casa muy señorial que ha preservado su estructura original de más de cien años. Su frente mantiene la fisonomía de antaño con ladrillos a la vista y piedra pero se añadieron mejoras en la iluminación y algunos detalles de acero
El interior de la casa se ayornó haciendo que el revestimiento de piedra de las paredes se cubra con yeso a la cal para lograr más luminosidad y frescura. Así también, las vigas de madera del techo se pintaron de blanco.
Como contraste, se escogieron muebles de línea más contemporánea y nórdica.