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¿Problemas de espacio? ¿Quién no los tiene? Siempre hay algo que no sabemos dónde guardar. Buscamos y buscamos por las habitaciones de la casa en busca de ese rincón salvador. Cruzamos el pasillo una y otra vez de una sala a otra, subimos y bajamos las escaleras, a ver si se nos ocurre donde podemos hacer un nuevo armario. Y puede que tengamos la solución ante nuestras narices. En ese pasillo, o en la parte baja de las escaleras, e incluso en esa esquina perdida del vestíbulo. Cualquiera de esos lugares es susceptible de reconvertirse en un lugar idóneo para el almacenamiento de enseres o ropas.
¿No te lo crees? Sigue leyendo, te lo vamos a demostrar y sobre todo esperamos inspirarte.
La gran mayoría de barandillas de las escaleras se componen de barras verticales con un eminente carácter protector. Esa es su principal función, pero hay diseños como el que vemos en la imagen en el que esa barandilla se convierte de forma audaz en algo más.
La idea en principio es simple, tanto como alargar, prolongar esas barras verticales para generar una especie de estantería. Está claro que en este caso ha primado el diseño y la estética y se ha jugado con una estantería expositor. Todo ello pintado de blanco y con luz aún más blanda. Dando como única nota de color con el verde de la vegetación.
Sin embargo, esta idea puede tener variantes de un carácter más práctico. Ya que esas mismas barras verticales prolongadas se pueden convertir en la estructura para instalar una serie de puertecillas que oculten percheros, cajas de zapatos, la tabla de planchar o papeles. ¿Por qué no?
Todos conocemos los sofás que se convierten en cama, las pequeñas mesas que se transforman en grandes mesas, las librerías que incluyen mesas de estudio. Todos ellos son ejemplos de muebles multifuncionales. Sin embargo, lo que vemos en esta imagen va un poco más allá.
Es la propia zona de paso, la escalera la que adquiere el valor de multifuncionalidad. Arriesgado sin duda en todos los sentidos, pero está claro que con un criterio muy práctico. Se trata de una zona de paso en forma de escalera, pero con la misma madera y la estructura de metálica que se generan los peldaños, se va creando en paralelo una estructura que acoge varios estantes e incluso una mesa de escritorio en la parte baja.
Desde luego es una idea muy inspiradora de estudio holandés Mieke Meijer. Un buen punto de partida para muchas variantes que siempre serán únicas. Porque este tipo de intervenciones, tanto si son fruto de vuestra imaginación y trabajo, como si se las encargáis a un estudio de diseñadores de interiores, suelen ser irrepetibles. Tan solo adecuadas para un espacio y para un usuario y sus circunstancias.
De las escaleras no solo son aprovechables para otros usos sus barandillas o sus laterales. Uno de los espacios más recurrentes para su reaprovechamiento es el hueco que se genera en su parte baja. Precisamente en su último tramo y bajo los escalones.
También es cierto que este espacio, que puede suponer una gran amplitud, generalmente se convierte en algún tipo de armario o estructura triangular, ideal para el almacenamiento de todo lo que se pueda imaginar. Desde ropa hasta otras cosas más voluminosas y que es bueno que estén cerca de la puerta, como es el caso de una bici o los esquís.
Lo que no es tan normal es convertirlo en un pequeño estudioo zona de despacho. Es verdad que para desarrollar una idea semejante se hace necesario disponer de una escalera bastante alta. Si bien, como recurso para los que tengáis un trazado más corto y por lo tanto, menos alto, os podemos decir que en el hueco bajo la escalera podría quedar únicamente la mesa y alguna balda, mientras que la silla quedaría fuera de esa vertical.
La propuesta que aquí os mostramos solo es apta para aquellos que disponen de pasillos de cierta anchura. Se trata de instalar un largo armario estrecho con estantes y con cajones retráctiles que se desarrolla por toda la pared del pasillo. Esa estrechez del mueble multiplicada por cada estante y cada cajón acaba suponiendo una importante superficie de almacenamiento.
No obstante, como estamos haciendo con cada una de estas propuestas os vamos a intentar aportar una variante. Y este caso sería aprovechar la idea de los cajones retráctiles por ejemplo para una escalera. Para aquellas que tienen la parte inferior de los peldaños hueca.
Esos giros que puede dar un pasillo o el rellano final de una escalera los podemos considerar meros lugares de paso. Pero si hay necesidad, también pueden ser aprovechados como lugar ideal donde alojar un nuevo armario o un estante para los libros.
En ocasiones podremos colocar estantes más o menos amplios cubriendo una única pared, pero en otras ocasiones tendremos que pensar en algún mueble esquinero de planta triangular. Algo muy ingenioso por ejemplo en un vestíbulo, ya que allí podremos guardar lo paraguas.
Para acabar, tal vez no tengáis ni escaleras en casa, ni pasillos tan anchos como para pensar en un armario, ni pared en la que ya quepan más estantes y baldas. En realidad, siempre queda algún espacio por aprovechar en un recibidor o por el pasillo, aunque simplemente sea para colocar un colgador o un perchero, donde dejar el abrigo y el bolso cuando llegas a casa. También es una forma de aprovechar el espacio.
