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Porque en el mar la vida es más sabrosa… relájate e inspirate en la transformación de esta casa de playa. Los propietarios necesitaban recuperar el santuario de sus fines de semana pero las premisas no estaban claras ni bien definidas. No estaba establecido el número de habitaciones sino las actividades ha desarrollarse en la vivienda; comer en familia, leer, quedarse dormido con el susurro del viento que golpea y se escurre entre las palmas.
Con las fotografías de Germán Cabo, recorramos los detalles de esta reforma…
Estamos de acuerdo contigo. Las playas de Venezuela son las más hermosas del mundo, pero esta vez nos encontramos en Alicante, y las vistas de la casa no están nada mal ¡El lugar perfecto para pasar las vacaciones! Arena, sol y mar. No olvides tus sandalias…
¡Y que comience el trayecto!
Desde la playa, ésta es la fachada por la que entramos a la vivienda. Pero no te dejes engañar por su simpleza (el interior es increíble). Además de tener la ubicación perfecta estaba llena de recuerdos.Te contamos que fue heredada de un familiar del propietario y se encontraba en condiciones deplorable.
Te enseñamos la transformación. Su estado original y en lo que ahora se ha convertido.
Con sesenta metros cuadrados, en su estado previo, los espacios interiores eran comprimidos, asfixiantes y oscuros. No había lugar suficiente para almacenar ni un estilo coherente y claro en toda la casa. Los tabiques, las puertas, el suelo y por supuesto el mobiliario tenían que cambiarse. Sigue leyendo y te mostraremos los materiales que le devolvieron la vida.
Te habrás dado cuenta que el cambio es brutal. Lo curioso es que un par de elementos esenciales han hecho la diferencia. Mobiliario, puertas, techo y paredes se muestran ahora de un blanco impecable. El piso se ha revestido con un color crema y recibimos, desde la entrada, la luz que proviene del fondo gracias a las puertas de vidrio que conectan el salón con la terraza trasera. Un eje directo que cruza toda la vivienda es espacio de transición y también de permanencia.
Un sofá de piel blanco corona la estancia, ideal para estirar las piernas después de haber paseado todo el día por la playa.
Las puertas grandes de cristal que conectaban el patio trasero con la sala de estar, también lo hace con la cocina. Ésta se ha transformado en una estancia que se abre con estilo industrial y minimalista. Cuatro lámparas colgantes sobre la mesa bar y seis sillas de diseño modernizan el espacio, bien para desayunar o para compartir unos tragos con los amigos. Fíjate como la mesa es igualmente de madera oscura como el mueble central entre la sala y la cocina. Así todos los espacios se conectan visualmente.
Aquí un detalle más cercano. En el centro de la casa el empotrado de madera oscura enmarca la televisión, alberga los armarios y sirve como partición entre el sala de estar y el cuarto.
Puertas corredizas de vidrios dan acceso al patio trasero, convertido ahora en el lugar más solicitado. Allí tienen lugar las parrilladas, los tragos y las partidas de dominó.
Lleno de monte, así era antes el patio: paredes desconchadas y el pavimento roto y desnivelado. Lo único que se levantaba con gracia era un árbol que creció torcido como queriendo escaparse.
El patio cambió increíblemente y con muy pocos elementos. Superficies lisas y blancas agrandan el antes reducido espacio. La parrilla se separa de la pared para esconder la ducha. He allí el porqué de la profundidad a ambos lados del volumen. El tope y el área de cocinar se reviste con un material de colores cálidos que hace la ilusión de una cesta de mimbre.
